El perro parece ser la primera especie animal que el hombre domesticó. En yacimientos arqueológicos de Irán, Israel y Alemania se han encontrado los restos más antiguos, con una datación de unos 14.000 años.
Lo que ignoramos es el origen del perro. Su variabilidad morfológica es mucho mayor que la de cualquier otra especie doméstica. Esta variabilidad viene dada por las secuencias de ADN mitocondrial. Las de los perros guardaban un parecido mucho más estrecho con las del lobo que con las de otros perros, lo que significa que proceden de lobos domesticados.
Al reconstruir el árbol fílogenético se observa que los genotipos de los perros se reúnen en 4 grupos; o sea, que su ADN se originó a partir de por lo menos 4 grupos de lobos. Tal vez en virtud de múltiples domesticaciones en diferentes lugares y tiempos o por una sola domesticación con la posterior introducción de lobas entre los perros domesticados.
Revista Esfinge Nº 50