Un hombre sabio vivía en una casa llena de costosos tesoros y obras de arte.Un dia tenia invitados y todos estaban enfrascados en profundas conversaciones filosóficas.
De repente, uno de los sirvientes dejó caer al suelo un hermoso jarrón de vidrio haciéndolo añicos.
Se produjo un gran silencio y todos los invitados miraron al anfitrión esperando el castigo que iba a temer al causante de tan valiosa pérdida.
Como vinieron que no reaccionaba y seguía sentado tan tranquilo, sus amigos más allegados le preguntaron:¿Es que no vas a castigar a ese sirviente descuidado?Mira lo que ha destrozado.
Pero él les replicó: No, amigos míos, no lo voy a castigar ahora. En este momento no sería justo, pues me encuentro demasiado alterado.
"Cuento Oriental"