La provincia de Jaén es conocida por sus numerosos y ricos yacimientos íberos, sus castillos, el arte andalusí y el explendor del Renacimiento. ¿Sabías que también cuenta con dos peculiares construcciones

 

Dentro del riquísimo patrimonio artístico de la provincia de Jaén, destacan, sin duda alguna, los numerosos yacimientos ibéricos, los restos de la época musulmana y las impresionantes construcciones del circuito renacentista promovidas bajo el impulso que supuso el reconocimiento de Úbeda y Baeza como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo, no suele repararse en la existencia de elementos del arte románico en nuestra provincia. Efectivamente, cuando queda expedito el camino hacia Andalucía tras la batalla de Navas de Tolosa (1212), el proceso de la Reconquista cobró un fuerte impulso de manos de Fernando III el Santo, quien en sucesivas ocasiones fue tomando territorios para Castilla: Baeza (1227), Úbeda ( 1233), Córdoba (1236), Jaén (1246) y Sevilla (1248). Todo esto hizo posible que en los primeros asentamientos cristianos se levantaran construcciones tardorrománicas, de estilo cisterciense, en algunos casos sobre antiguos templos visigóticos usados por la población mozárabe. Así tenemos determinadas ejemplos en Jaén, con el rigor y la austeridad cisterciense, y un conjunto de catorce templos en la provincia de Córdoba, llamadas iglesias fernandinas, donde se introducen elementos mudéjares. Los mejores ejemplos del románico tardío en Jaén los encontramos en Baeza, en la iglesia de la Santa Cruz, y en Santisteban del Puerto, en la iglesia de Santa María del Collado. La de la Santa Cruz, ubicada junto al Palacio de Jabalquinto, se trata de la iglesia románica mejor conservada de Andalucía. Tiene tres naves y dos portadas, una de ellas añadida procedente de las ruinas románicas de San Juan. En el interior se aprecian elementos visigóticos, lo que hace suponer que existiese una primitiva construcción sobre la que se construyó la actual iglesia. Santisteban del Puerto, en los aledaños de Sierra Morena, y alejado de los circuitos turísticos del Renacimiento, merece la pena una visita por su naturaleza y su patrimonio artístico, destacando la iglesia de Santa María del Collado, cuyo origen es visigótico. Posteriormente, en el siglo XIII, se aprovecharon las columnas en la construcción del templo románico, que fue reformado en los siglos XVII y XVIII. La iglesia tiene tres naves, con tres ábsides, y separados por columnas de capiteles góticos y arcos apuntados. Se conserva en buen estado la puerta del siglo XIII, con tres arquivoltas apuntadas.